“El perro de Akita”, como se traduce Akita Inu, es una raza de origen japonés que proviene de la prefectura de Akita, en el norte de Japón. En sus orígenes, durante generaciones, los guerreros japoneses los utilizaban para el ataque, la defensa y la caza de osos. Hay constancia de la presencia de la raza desde hace más de 3000 años aunque su historia pasada sigue siendo una incógnita. Su nombre variaba en función de su utilidad, como por ejemplo Matagi Inu cuando era un perro de caza o Kurae Inu cuando era un perro de guerra. Con el tiempo, con el fin de conseguir una raza más grande y agresiva, se cruzó con el Tosa Inu y el Mástín Ingles. En 1931 fue designado Monumento Nacional y ahora es considerado el perro nacional de Japón. Al acabar la Segunda Guerra mundial los soldados estadounidenses se llevaron a Estados Unidos los ejemplares con rasgos característicos de Mastín y Pastor Alemán. Este fue el origen de la rama americana de la raza, el Akita Americano.
El Akita Inu es un perro de tamaño grande de constitución fuerte. Su altura hasta la cruz suelen estar entre 64 y 71 cm en edad altura, mientras que su peso ronda de los 30 a los 49 kilos.
Es un perro de carácter reservado y silencioso. Es paciente y mantiene la calma en situaciones irritantes. Con un instinto protector muy fuerte hacia sus cosas y su familia, requiere de una correcta socialización y adiestramiento desde cachorro. Solo ladra por una buena razón, reflejando su instinto de vigilancia y protección.
Como muchas de las razas grandes, tiene predisposición a la torsión gástrica y a la displasia de cadera.
Es un perro despierto e inteligente que necesita de dos a tres paseos al día y distracciones en el hogar como mordedores o juguetes. Le gusta interactuar con su familia, por lo que jugar con él en casa es una buena manera de fortalecer el vínculo entre perro y guía.
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