El Lebrel Afgano es una raza muy antigua. Se cree que podría provenir de la raza proveniente de Persia Saluki. Los primeros registros datan del año 1000 a.C., situándolo en la zona donde actualmente se encuentra Afganistán, como perro de caza. En 1920, 40 años después de finalizar la guerra entre británicos y afganos, la raza se introdujo en Inglaterra, donde ganó fama y se extendió poco a poco por Europa. Siguió realizando sus funciones originales de caza y pastoreo aunque debido a su aspecto elegante y agilidad, ha pasado a considerarse también un perro de compañía.
El Lebrel Afgano es un perro de tamaño grande. Su porte es elegante y orgulloso, acompañado de un largo y lustroso pelaje. Puede alcanzar entre 63 y 74 cm de altura en edad adulta y su peso suele rondar entre los 20 y 27 kilos en función del sexo y la constitución.
Es leal y cariñoso aunque puede ser muy receloso con los desconocidos. Independiente y con fuerte carácter puede mostrarse distante en algunos momentos. Es recomendable una socialización adecuada desde cachorros para conseguir una relación equilibrada con su entorno.
El Lebrel Afgano es una raza sana y robusta que por lo general presenta pocos problemas de salud específicos aunque son propensos a sufrir distensión de estómago y otros problemas estomacales.
Se trata de una raza inteligente y activa. Necesita como mínimo paseos de un kilómetro y medio a tres al día además de un espacio en el que correr. Al Lebrel Afgano le encanta correr libre, pero debido a su marcada tendencia a la persecución y la caza, es recomendable que lo haga en lugares seguros y controlados lejos de estímulos que puedan suponer un peligro para él y para otras personas o animales.
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